La FAO acaba de hacer público su informe anual sobre el estado de la pesca en el mundo.
Sus datos son alarmantes y deberían ser de lectura obligatoria para las autoridades de todos los países para que tomen debida nota de una situación que pone en peligro la alimentación del planeta en tiempos próximos.
Dice la FAO que muchos cientos de millones de personas se enfrentan a una mayor incertidumbre y a un hambre real.
En 2007 el pescado representó el 15,7 % del aporte de proteínas animales de la población mundial y el 6,1 % de todas las proteínas consumidas. En el ámbito mundial el pescado proporciona a más de 1 500 millones de personas cerca del 20 % de su aporte medio per cápita de proteínas animales y a 3 000 millones de personas al menos el 15 % de dichas proteínas.
Se calcula, asimismo, que existen de más de 180 millones de empleos en toda la industria pesquera, El empleo en el sector pesquero ha aumentado más rápidamente que la población mundial y que el empleo en la agricultura tradicional.
La mayoría de los pescadores y los acuicultores viven en países en desarrollo (eufemismo para referirse a países pobres) y por ende el problema afecta a los pobres del planeta.
Millones de buques patrullan los mares del planeta extrayendo peces en una competencia feroz, que va diezmando las poblaciones marinas.
La flota pesquera mundial está compuesta por unos 4,3 millones de buques, 2.500.000 de los cuales son propusaldos a motor, siendo los restantes embarcaciones tradicionales de varios tipos que funcionan mediante velas y remos y están concentradas principalmente en Asia
Los problemas detectados son varios, la FAO señala entre ellos las prácticas pesqueras irresponsables, la pérdida y la degradación del hábitat, la toma de agua, el drenaje de los humedales, la construcción de presas y la contaminación (incluida la eutrofización) que suelen actuar conjuntamente y, por lo tanto, complican mutuamente sus efectos.
Estos problemas han causado una reducción notable de los recursos pesqueros continentales y cambios considerables en los mismos.
El sector se encuentra en graves problemas debido a los múltiples usos de los ecosistemas de aguas continentales y a las múltiples amenazas a las que se enfrentan.
Sin embargo una fracción rica de los habitantes del planeta se llevan la mayor parte de estos recursos alimentarios: el Japón, los Estados Unidos de América y la Unión Europea (UE) son los principales mercados y a ellos correspondió aproximadamente el 69 % del valor total de las importaciones en 2008.
La pesca excesiva y el posible agotamiento de los recursos pesqueros constituyen una amenaza real para muchas comunidades costeras que dependen de la pesca en pequeña escala, pero las estructuras sociales y las disposiciones institucionales también desempeñan una función clave en el fomento de la pobreza
Asimismo esta situación se ve agravada por el derroche masivo por el descarte de peces sin valor comercial que son extraídos y arrojados sin vida nuevamente al mar,.
El último cálculo estimó los descartes de la pesca mundial en unos 7 millones de toneladas anuales. Además de la mortalidad que suponen los descartes para los recursos pesqueros comerciales, también significa un problema la mortalidad de especies poco frecuentes, vulnerables o en peligro de extinción y existen consideraciones socioeconómicas sobre la no utilización de las capturas incidentales descartadas.
Algunas especies ya se encuentran en peligro inminente de extinción, la notable demanda de atún y la considerablemente excesiva capacidad de extracción de las flotas de pesca de atunes, provocan un notable deterioro, en muchos casos hasta el agotamiento, de este recurso.
Una vez más los países ricos del planeta con su consumo irracional y pedratorio estan poniendo en juego el futuro de la humanidad.
El primer paso para enfrentar este drama que se asoma en el horizonte es difundir la información para luego exigir a las autoridades que sea enfrentado con racionalidad y sobre todo teniendo en cuenta los intereses de las poblaciones mas pobres.
Sus datos son alarmantes y deberían ser de lectura obligatoria para las autoridades de todos los países para que tomen debida nota de una situación que pone en peligro la alimentación del planeta en tiempos próximos.Dice la FAO que muchos cientos de millones de personas se enfrentan a una mayor incertidumbre y a un hambre real.
En 2007 el pescado representó el 15,7 % del aporte de proteínas animales de la población mundial y el 6,1 % de todas las proteínas consumidas. En el ámbito mundial el pescado proporciona a más de 1 500 millones de personas cerca del 20 % de su aporte medio per cápita de proteínas animales y a 3 000 millones de personas al menos el 15 % de dichas proteínas.
Se calcula, asimismo, que existen de más de 180 millones de empleos en toda la industria pesquera, El empleo en el sector pesquero ha aumentado más rápidamente que la población mundial y que el empleo en la agricultura tradicional.
La mayoría de los pescadores y los acuicultores viven en países en desarrollo (eufemismo para referirse a países pobres) y por ende el problema afecta a los pobres del planeta.
Millones de buques patrullan los mares del planeta extrayendo peces en una competencia feroz, que va diezmando las poblaciones marinas.
La flota pesquera mundial está compuesta por unos 4,3 millones de buques, 2.500.000 de los cuales son propusaldos a motor, siendo los restantes embarcaciones tradicionales de varios tipos que funcionan mediante velas y remos y están concentradas principalmente en Asia
Los problemas detectados son varios, la FAO señala entre ellos las prácticas pesqueras irresponsables, la pérdida y la degradación del hábitat, la toma de agua, el drenaje de los humedales, la construcción de presas y la contaminación (incluida la eutrofización) que suelen actuar conjuntamente y, por lo tanto, complican mutuamente sus efectos.
Estos problemas han causado una reducción notable de los recursos pesqueros continentales y cambios considerables en los mismos.
El sector se encuentra en graves problemas debido a los múltiples usos de los ecosistemas de aguas continentales y a las múltiples amenazas a las que se enfrentan.
Sin embargo una fracción rica de los habitantes del planeta se llevan la mayor parte de estos recursos alimentarios: el Japón, los Estados Unidos de América y la Unión Europea (UE) son los principales mercados y a ellos correspondió aproximadamente el 69 % del valor total de las importaciones en 2008.
La pesca excesiva y el posible agotamiento de los recursos pesqueros constituyen una amenaza real para muchas comunidades costeras que dependen de la pesca en pequeña escala, pero las estructuras sociales y las disposiciones institucionales también desempeñan una función clave en el fomento de la pobreza
Asimismo esta situación se ve agravada por el derroche masivo por el descarte de peces sin valor comercial que son extraídos y arrojados sin vida nuevamente al mar,.
El último cálculo estimó los descartes de la pesca mundial en unos 7 millones de toneladas anuales. Además de la mortalidad que suponen los descartes para los recursos pesqueros comerciales, también significa un problema la mortalidad de especies poco frecuentes, vulnerables o en peligro de extinción y existen consideraciones socioeconómicas sobre la no utilización de las capturas incidentales descartadas.
Algunas especies ya se encuentran en peligro inminente de extinción, la notable demanda de atún y la considerablemente excesiva capacidad de extracción de las flotas de pesca de atunes, provocan un notable deterioro, en muchos casos hasta el agotamiento, de este recurso.
Una vez más los países ricos del planeta con su consumo irracional y pedratorio estan poniendo en juego el futuro de la humanidad.
El primer paso para enfrentar este drama que se asoma en el horizonte es difundir la información para luego exigir a las autoridades que sea enfrentado con racionalidad y sobre todo teniendo en cuenta los intereses de las poblaciones mas pobres.
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