5.8.10

Borges y Biolcatti

Hay un relato de Borges que prefigura y preanuncia al espantoso terrateniente Biolcati y su idéntico discurso. Discurso pronunciado ante un mar de notables en la 124 feria rural de Palermo el 31 de julio último. Discurso que alcanzó un tono de ópera bufa, cuando el público rural silbó al prócer revolucionario, Mariano Moreno -nombrado por Biolcati- al cual confundió con el actual Secretario de Comercio, del mismo apellido. Ese relato borgiano se titula: "El puñal". Borges nos cuenta allí:
"En un cajón hay un puñal… Quiénes lo ven tienen que jugar un rato con él… Otra cosa quiere el puñal. Es más que una estructura hecha de metales; quiere matar, quiere derramar brusca sangre".

"En un cajón del escritorio, entre borradores y cartas, interminablemente sueña el puñal su sencillo sueño de tigre, y la mano se anima cuando lo rige porque el metal se anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para quién lo crearon los hombres… A veces me da lástima. Tanta dureza, tanta fe, tan impasible o inocente soberbia, y los años pasan inútiles".

Así es Biolcati. Biolcati a quién los hombres colocaron en la mano de la Sociedad Rural para que pronunciara el espantoso discurso del Bicentenario de esa entidad. Un discurso que sólo pudo haber sido imaginado por Mariano Grondona y que sólo pudo haber sido ovacionado por personajes como el represor Duhalde, como el procesado Macri, como la ajustadora Bulrrich… (¿La próxima fórmula presidencial será Duhalde-Biolcati?).

Cualquier historiador profesional le podría recordar a este estanciero devenido el Cicerón de los terratenientes que ahora aspira a convertirse en el émulo del cardenal Bergoglio en la empecinada demonización del gobierno nacional, que la performance exportadora del Centenario que él tanto añora se combinó con las más espantosas desigualdades sociales.

Que se combinó con los más altísimos niveles de pobreza y con el fraude como herramienta política sistemática y que fue en ese añorado 1910 cuando se registró el número más elevado de huelgas en protesta por aquel ajuste inhumano. Huelgas que fueron reprimidas con sangre. Con esa misma sangre que parece que quiere volver a derramar este puñal que sueña en un cajón de un escritorio su sueño de tigre.
A veces nos da lástima.

¿Quién puede creer el discurso patriótico de este terrateniente devenido trosco, de este legítimo heredero del vecino don José Martínez de Hoz que también fue un eximio orador en el Cabildo Abierto de aquel histórico 22 de mayo de mil ochocientos diez? Y, ¿qué dijo el antecesor de Biolcati aquel día? Según consta en actas del Cabildo, dijo que él "no encuentra bastantes datos para considerar necesaria la remoción del Excelentísimo Virrey".
Tanta dureza, tanta fe, tan impasible o inocente soberbia, y los años pasan, inútiles…

Por Darwy Berti

Periodista y escritor.