3.8.10

Nada es casual

Una nueva muestra de ignorancia legislativa se cierne sobre el cielo libreño, como es costumbre, la incapacidad y la falta de visión política para resolver los temas más importantes, provocan un derrumbe hacia la ligereza, y entonces buscan reprimir donde no saben reparar. Otra vez la Iglesia, a través de sus organizaciones, dominando y reduciendo el debate, que debería ser amplio y político, direccionándolo hacia lo “moral” (así, con comillas).

Una falla recurrente que aparece una y otra vez cuando los políticos no saben que hacer o no se animan a hacer lo que deben, intentando distraer, a la vez que evitar enfrentamientos con los distintos espacios de poder. Esta vez surge como desde la nada un nuevo intento por terminar con las libertades individuales de los jóvenes. Un trozo de papel mal escrito, que habla de “desmanes”, de “flagelos” y de “castigos”, en lugar de hablar de “deudas”, de “proyectos” y de “sueños”.

Nada dice ese torpe papel acerca de las deudas que guarda el estado con los jóvenes, nada dice sobre proyectar centros deportivos para que los chicos los puedan utilizar de manera gratuita, ni tampoco esboza intención alguna de convocarlos para preguntarles sobre cuáles son sus sueños. Solo se habla de prohibirles cosas y de castigarlos, en realidad no a ellos, lo que buscan es la billetera de sus papás.

Pero la sociedad no tiene derecho alguno a opinar, dicen que hicieron una “audiencia pública”, aunque la verdad es que solo hicieron una minúscula reunión, a la que invitaron a organizaciones católicas y a los dirigentes de los clubes que se beneficiarían económicamente con la sanción de la norma, y ya avisaron que habrá otra, esta vez con Gendarmería, Prefectura y ambas policías. Es decir, solamente convocan a debatir el proyecto a aquellas personas e instituciones que, saben, estarán de acuerdo con su aprobación. El ciudadano común, el que será penado, el que tendrá que pagar y se verá cercenado en sus derechos, ese… no tiene posibilidades de opinar. Tampoco fueron convocados a debatir los actores principales de esta historia, ningún centro de estudiantes, ni la asamblea de músicos o los grupos juveniles de teatro fueron convocados por Peralta, solamente militares, católicos y quienes serán beneficiarios de la plata recaudada pueden opinar sobre este instrumento represivo que intenta aplicar.

Toque de queda
Parece imprescindible, a esta hora, comenzar a repudiar fuertemente los verdaderos actos de corrupción, y no solo es corrupto aquel que roba, es corrupto todo aquel que, desde el poder incumple leyes, las libertades individuales son sagradas y cualquiera que, montado sobre el caballo del poder, intente atacarlas es corrupto. Nuestros hijos son lo más importante que tenemos en la vida y tenemos la obligación de defenderlos. Que quede claro, no tenemos que defender al concejal Peralta de nuestros “peligrosos hijos”, es a nuestros hijos a quienes tenemos que defender de personas peligrosas como el concejal Peralta. Somos nosotros y no él quienes decidimos a que hora tienen que estar en casa nuestros hijos y a que hora pueden salir a divertirse.

“UCEP” libreña
El proyecto de Peralta pretende crear un cuerpo de policía municipal, llamado “Dirección de Seguridad Ciudadana”, algo parecido a la UCEP de Macri, es decir un grupo parapolicial que reprima y tenga poderes especiales sobre los chicos. Pero nada dice ese proyecto filonazi acerca de la creación de verdaderos centros de formación deportiva y cultural para los jóvenes; núcleos integradores que los contengan y los impulsen en su formación física e intelectual; nada dice sobre la necesidad de invertir fuertemente en la construcción de un campo deportivo municipal, con una pileta cubierta, que nuclee a todos los chicos libreños, varones y mujeres, en forma gratuita y durante todo el año; un lugar en el que puedan practicarse todas las disciplinas deportivas, y no solamente el “fulbito”, que es lo único que pareciera desvelar a Perlta. Lo único que “propone” es la creación de “programas” y “registros de instituciones”, es decir regímenes burocráticos que todos sabemos (incluso Peralta), no sirven para nada, los programas nunca se podrán cumplir sencillamente porque no hay lugares físicos para nuclear a los adolescentes y los registros de instituciones solo servirían para que esas instituciones se peleen entre sí por la plata que van a recibir.

El proyecto contempla multas exorbitantes, mediante esa norma podrían sancionarnos con hasta 9.000 pesos por encontrar a un hijo nuestro en la calle a la hora que ellos consideren “inadecuada” y esos fondos serían destinados, mayoritariamente, a instituciones deportivas como la que, “curiosamente”, preside el concejal Peralta. Es decir, en vez de promover la inversión del estado para solucionar el problema la norma solo busca recaudar dinero para luego repartirlo políticamente.

Sálvese quien pueda
El proyecto está lejos de procurar la integración de la sociedad, contrariamente a la lógica de estos tiempos lo que hace es fomentar la “alcahuetería popular”, como durante la dictadura; puesto que si un mayor sancionado por una contravención cometida por su hijo “demostrara con pruebas fehacientes” en qué lugar le vendieron alcohol al menor, este quedaría exceptuado de la multa. Con lo cual se pretende que los ciudadanos comunes nos convirtamos en espías municipales y “mandemos en cana” a los quiosqueros que los inspectores municipales no se animan a sancionar. Crea también un “registro Local de Sancionados”, es decir, una suerte de “lista negra” municipal, como para institucionalizar la segregación de espaldas a las leyes federales, y, lo que es peor, estigmatiza indefinidamente a los padres de los chicos reincidentes, quienes quedarán impedidos de tramitar ante la municipalidad una simple habilitación comercial o un carnet de conductor. Como si fueran delincuentes los papás de los chicos castigados, por la ordenanza de Peralta, pasarán a ser los “Kelpers” de una sociedad, ahora, “ética y moral”.

Ejemplo: Un comerciante cuyo hijo sea encontrado en la calle tres veces, en los horarios que a Peralta le parezcan impropios deberá cerrar su negocio pues no le será renovada la habilitación municipal; en el caso que se trate de un taxista, este deberá vender el taxi pues el municipio no le renovará el carnet de conductor. En ambos casos, los papás de esos “peligrosos delincuentes juveniles” se quedarán sin trabajo por las sanciones que le aplicará el municipio.

Palos para los chicos y tranquilidad para los “narcos”
En síntesis, el proyecto habla de drogas y de alcohol, pero nada hace para combatirlos, solo combate a los chicos, los quita del lugar de víctimas y los coloca en el de delincuentes, mientras estigmatiza y les saca plata a sus padres; en tanto que los que venden alcohol seguirán vendiéndolo porque los controladores no controlan y las ordenanzas no se cumplen; y lo que es más grave, no hay en todo el proyecto una sola línea tendiente a combatir a los traficantes de drogas, quienes seguirán haciendo sus negocios sin que nadie los moleste, una verdadera “joyita”, mucho más digna de marzo del ’76 que de agosto de 2010.

Cabe recordar que el Escribano José Luis Peralta fue electo presidente por el partido del represor Adolfo Navajas Artaza. ¿Casualidad?

Publicado por: Gabriel Link