2.10.09

Digale NO a Terrabusi

Factura 47 mil millones de dólares en el mundo. Pero en la Argentina se niega a cumplir las leyes laborales y despidió a los delegados gremiales. Su poder de lobby mediático.



La mafia política se adueña de la provincia

El escenario electoral correntino se vuelve sangriento.

La agresiva campaña inter-radicales resulta adecuada a las características feudales que ostenta nuestra provincia desde hace décadas.


En Corrientes si te atrevés a denunciar a uno de los Colombi podes aparecer suicidado o tus hijos asesinados, así es que hoy nos enteramos de la muerte de un colaborador del gobernador Arturo Colombi, este funcionario había denunciado a Ricardo Colombi por corrupción y enriquecimiento ilícito.

De uno y de otro lado aprovechan al muerto para hacer campaña
Y desde luego el presunto autor intelectual del crimen dice que lamenta esta muerte.

Los medios se ocupan masivamente de este hecho pero hay otras miles de muertes en Corrientes y que no son reflejadas con tanta eficiencia.

Voto cantado

En la provincia de Corrientes se realizará un ballotage en el que las opciones son, por un lado, La delincuencia representada por Ricardo Colombi y por otro La Mafia Organizada en la figura del gobernador Arturo Colombi.

1.10.09

El influenciómetro

En el programa 6, 7, 8 de Canal 7 analizan como algunos medios le hacen la cabeza a la gente.


Ley de medios: Abordaje humorístico

Si se sanciona la nueva ley no se va a poder escuchar radio metido en la cama, tapado hasta acá", dice el locutor, como parte de una campaña cargada de ironía que lanzó una radio local.Por: Claudio Socolsky

Campaña ley de medios
Toma 1. La voz del locutor hace el intro con toda la gravedad que puede alcanzar la impostura de su voz. "En el Parlamento se está discutiendo una nueva ley de medios", dice. Luego, el locutor apura el paso, y con intenso dramatismo se pregunta: "Sabías que si se sanciona la nueva ley ya no se va a poder decir más la temperatura, la humedad y tampoco los hectos pascales"; "que a partir de ahora los aparatos de radio van a venir con un sistema incorporado para detectar a los que escuchan programas en contra del gobierno de turno", "que va a accionar una alarma ultrasónica conectada a todos los patrulleros de la Policía Federal, que estos podrán presentarse ipso facto en el domicilio del oyente y meterlo preso sin decir agua va".
El bip estirado le da paso nuevamente a la voz del locutor, para rematar: "Este es el aporte de Radio Universidad al debate constructivo de ideas sobre la nueva ley de medios".El texto pertenece a uno de los cinco spots de campaña que comenzaron a emitirse ayer por FM Radio Universidad, (103.3), en el marco de los debates por la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales.
En diálogo con Rosario/12, el coordinador de contenidos de la emisora, Javier Acuña dijo que la idea surgió "a partir de escuchar argumentos muy ridículos, como por ejemplo, que no se va a poder ver Valientes; encima, dicho en boca de los supuestos beneficiarios que va a tener la ley, que son las personas que van a estar en los medios locales, alimentan esa paranoia".

Campaña ley de medios.
Toma 2.
"Sabías que nos quieren controlar", "que si se sanciona la nueva ley no se va a poder escuchar radio metido en la cama, tapado hasta acá, ni tampoco tomando mate en pantuflas", "que a partir de ahora, los walkmans, los mp3, los Ipods van a venir con un sistema por lo cual se van a agotar de un saque la energía de las pilas, cuantito se detecta algún tipo de comentario que haga mención a algún aspecto crítico a la gestión de gobierno, sea este municipal, provincial o nacional".

Acuña destacó que "exagerar esos argumentos, que también están presentes en todos los spots de TN, y en los canales de Vila Manzano, era la mejor manera de contribuir, porque ya todos los aspectos positivos por los cuales la Universidad apoya la nueva ley, vienen siendo discutidos desde hace años. Nos parecía que en este momento no tenía sentido insistir en algunos aspectos positivos, más bien ridiculizar estos argumentos".

Campaña ley de medios.
Toma 3. "Sabías que si se sanciona la nueva ley ya no se va a poder decir de qué cuadro uno es hincha", "que a partir de ahora los relatores de fútbol no van a poder exagerar dramatismo en las jugadas que no lo ameriten, ni hacer estimaciones acerca de a cuánto del palo pasó el remate de tal o cual jugador", "y que además se va a establecer una duración máxima en el estiramiento de la letra o a la hora de gritar un gol, y que en caso de ser excedida dará potestad al Estado a anular dicho gol".Los spots fueron enviados a todas las radios universitarias del país, a radios comunitarias y a la de algunas ciudades chicas que retransmiten el programa de Quique Pesoa, "pero además lo mandamos a una lista de contactos bastante amplia, seguramente alguno nos va a putear", sospecha Acuña.

Campaña ley de medios.
Toma 4. "Sabías que si se sanciona la nueva ley ya no se podrán hacer más concursos para sortear entradas a recitales, ni tampoco a obras de teatro independiente", "que a partir de ahora los auriculares de los walkman, los mp3 y los ipod van a estar controlados por un mecanismo a distancia que será manejado por el Estado que podrá ordenar que los cables de los mencionados auriculares cobren vida propia y estrangulen a aquellos individuos que se encontrasen escuchando programas críticos al gobierno de turno".

Acuña remarcó que "el espíritu de los spots fue el de burlarnos de todos los argumentos que expresaron aquellas personas a las que no le interesó demasiado plantear la discusión sobre la ley", y que los textos encontraron inspiración en la revista Barcelona.

Campaña ley de medios.
Toma 5. "Sabías que si se sanciona la nueva ley que ya no se va a poder decir culo, ni tampoco palabras de cinco sílabas que empiecen con n, como por ejemplo, numismático", "que a partir de ahora los micrófonos de los periodistas van a tener incorporados unos dispositivos de descarga eléctrica de 1.000 voltios que se van a activar toda vez que alguno pretenda hacerse el loco y ose criticar a cualquier oficialismo de turno". Bipppp...

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El defensor de la ley

Churrasco solo. Cinco galletitas. Agua sin gas. Víctor Hugo Morales tiene hambre y no lo disimula, pero se cuida.
Hace algunos meses —pocos— cruzó la calle desde este bar de Avenida de Mayo y Piedras, donde asegura que “es local”, para almorzar con un importante directivo del Grupo Clarín. El menú del almuerzo menos pensado fue, quizás, más abundante. “El Grupo” invitó y quería saber el por qué del eterno enojo del uruguayo. “Y les dije todo lo que pienso”, asegura. El almuerzo fue cordial y a los pocos días le llegó una oferta concreta de trabajo. “No intentaron comprarme, pero sí adularme”, explica. “Me ofrecieron un programa, no me acuerdo si en Metro o TN. No me interesa. Para comer un churrasco como éste, por suerte, voy a tener para el resto de mi vida”.Hace 15 años que Morales batalla contra Clarín. Primero por el fútbol. Por todo el resto, después. Tanto, que fue la voz que más fuerte festejó la nacionalización del fútbol (y la ruptura del contrato entre Clarín-TyC y la AFA). Ahora es el abanderado del proyecto de ley de medios audiovisuales que impulsa el Gobierno. No sólo lo apoya: lo hizo suyo, lo defiende a capa y espada en cuanto foro y micrófono puede. Pocos en el Gobierno hubieran imaginado a priori que Morales, un histórico y efusivo crítico de la táctica y la estrategia “K”, iba a estar de ese lado del mostrador, aunque sea sólo por un rato y por un tema puntual. No es que Morales no diga que la ley es perfectible, ni que le encantaría que el Ejecutivo dejara todo lo que tiene que ver con el control de medios en manos del Congreso. Al contrario, lo dice todo el tiempo. Pero es tan enfático al manifestar que la ley de Radiodifusión de la dictadura hay que cambiarla sí o sí, es tan simple su razonamiento, que muchos oyentes, colegas, diputados y seguramente varios de los que pasan por la vereda de este bar y lo reconocen, se deben preguntar: “¿Se volvió loco, Morales, que se hizo oficialista?”.

- ¿No tiene miedo de que lo tilden de oficia-lista por su apoyo al proyecto de ley de medios?
- No. El que diga eso es una persona de despreciable mala fe. Sólo hay que escucharme en la radio para observar que, lamentablemente, muy seguido me ocupo del Gobierno. Y la mayoría de las veces es de manera negativa para el poder.



- ¿Por qué apoya la iniciativa kirchnerista?
- Porque es una buena ley. Porque la conozco, la leí completa. La llevo conmigo todo el tiempo. Es un compendio estupendo de muchísimos proyectos. Una mixtura de distintas corrientes políticas, que a mí me parece excelente aún antes de los retoques. No existe texto que no se pueda modificar para mejor, todo es perfectible, pero la ley es excelente, equilibrada, enjundiosa y, sobre todo, respetuosa de los profesionales que trabajamos en esto. Lo que me enamoró de esta ley es la posibilidad de tener mucho más trabajo. Los políticos que se oponen —ni hablar de los medios, que escribieron una de las páginas más vergonzosas del periodismo que conozco—, saben lo que está en juego e íntimamente, también, que esto beneficiará a todos, pero se oponen para que los multimedios más afectados no tomen nota de la supuesta infidelidad en la que incurren.



- ¿Existe un monopolio informativo?
- Hay un predominio ostensible. Un oligopolio, en todo caso.



- ¿Se imagina un Estado más fuerte en su relación con los medios?
- Yo no creo que el Estado tome ningún tipo de control. Ésa es la gran mentira. Lo que hace es eliminar factores de poder que se devoran a los políticos vergonzosos, a otros medios, a las opiniones de quienes estamos en otros medios. Un poder que le pasa por arriba con una aplanadora a la ética, que se lanza a hacer negocios vergonzosos, como los que se hicieron durante todo este tiempo con el escudo de la libertad de prensa. El Estado no toma ninguna preeminencia, pero no habrá más posiciones dominantes que nos pasen por arriba.- Muchos argumentan que con los supuestos rasgos autoritarios que tiene este Gobierno la ley no podrá implementarse. ¿Qué opina?- Los rasgos autoritarios son innegables y bochornosos. Esta ley está destinada a que le pongan trabas porque hay mucha plata en discusión de los que están ganando plata ahora. No la quieren soltar, es natural. - Desde algunos medios se plantea un inminente estado de censura oficial…- Esa idea de censura es una campaña vergonzosa. Fui testigo muchas veces de cómo se agita fantasmas. En Uruguay, la propaganda que yo recuerdo de los partidos de derecha contra el Frente Amplio eran tanques rusos que entraban a los tiros matando niños y mujeres. Eso iba a pasar con el país si ganaba Tabaré Vázquez, que ahora termina el gobierno más transparente, honesto, equilibrado y serio que Uruguay tuvo en los últimos 100 años. Acá se agita el fantasma de que habrá despidos. Y, en realidad, habrá más trabajo para todos.



- En sus programas asegura que nota en la gente cierto “estado de odio”. ¿Se siente víctima en persona de esta crispación?
- La crispación en torno a la ley la noto porque soy una persona pública con una postura. En la calle está quien sobreactúa el aprecio por lo que digo y quien se enfurece.



- ¿Qué le dicen?
- La oscilación es del apoyo más absoluto a la crítica más dura. Me dicen: “Yo lo escuché siempre, pero ahora me defraudó”. ¿Cuando pensamos igual no lo defraudo, y ahora que pensamos distinto, sí? A esa persona no la quiero ver más. Todo tiene que ver con el odio y el amor que genera el Gobierno. En el medio estamos los que no lo amamos ni lo odiamos, que somos, quizás, la mayoría.



- ¿En la actitud de la gente hacia la ley hay sustancia e información, o prejuicio?
- La gente habla por lo que recibe. Primero está el odio al Gobierno y después viene el argumento, que no existe porque no están informados ni leyeron la ley. Pero si viene del Gobierno, está mal. Si el Gobierno insiste, se enojan más. Y si se insiste mucho, lo odian. No importa si tiene o no razón.Su postura parece haber roto la relación con parte de su audiencia…- Puede ser, no lo sé. No trabajo pensando en eso. A mí, y a los que creemos en la ley, el Gobierno quiere hacernos un regalo: hacer saltar por el aire a un grupo de mafiosos escudados detrás de la libertad de prensa. La persona que no me escuche porque digo esto es cómplice de ese grupo de mafiosos. Ese oyente a mí no me interesa. Si ese oyente son muchos y pierdo audiencia y por eso la radio en la que trabajo no prolonga mi contrato, es un riesgo que asumo. Me pasé la vida asumiendo estos riesgos. Pienso que es fantástico que el Gobierno con el que normalmente estoy en desacuerdo, que muchas veces es criticable y que sobreactúa, me quiera hacer este regalo. “Lo que pasa es que los dos son malos”, me dice un oyente. Sí, pero hay un malo al que se lo puede cambiar con el voto. Al otro ni siquiera lo conocés. Mimetizado entre la gente, envolviéndose en un cariño que no merece —a través de cosas como “TN y la gente”, por ejemplo—, hay un grupo de personas que se lanzaron a los negocios traicionando toda ética periodística. A esa gente se enfrenta el Gobierno. Llevo 15 años diciendo lo que pienso. Yo puedo ser amigo de Clarín y no lo soy. Hace pocos meses, incluso me reuní con ellos. Podría tener programas en los canales del Grupo, pero no quiero pertenecerles.



- Cuénteme de ese encuentro, por favor…
- Alguien muy importante me pidió que tuviéramos una reunión. Fuimos a comer a Pedemonte y tiramos sobre la mesa los porqués de esta mala relación. Dije todo, lo mismo que estoy diciendo ahora.



- ¿Sintió que quisieron comprarlo?
- No, comprarme no. ¿Parezco alguien comprable? Esta persona, muy amablemente, me pidió la reunión para ver por qué los odio tanto, creyendo que es odio y no convicción. Le dije, por ejemplo, que hace un año y medio tenía todo arreglado para hacer “Protagonistas de la segunda Argentina” (que ahora va por Canal 26) en canal Metro y cuando se enteraron de que el conductor era yo, me prohibieron. Esta persona averiguó y habrá pensado que yo sólo estaba enojado porque habían levantado el programa. A la semana me dijeron que estaba todo arreglado si quería trabajar con ellos. No existe el periodismo si no se está dispuesto a perder cosas, incluso todo.



- ¿Cuándo se originó su enemistad con Clarín?
- ¿Enemistad? Yo soy nada al lado de Clarín. Amo el periodismo, es la profesión más noble después de las de los médicos y docentes. Y esta gente la envileció. Se hicieron cargo del negocio del fútbol sin licitar y con el propósito de estafar. Compraron canales sin nada, sin una cámara, sólo con los contratos del fútbol en la mano. Durante 15 años protegieron a Julio Grondona y a muchos dirigentes corruptos de los clubes. Los vi comprar radios con dinero del fútbol para disminuir la influencia de las voces contrarias. Hicieron el mamarracho del fútbol sin imagen, de la radio por TV, para jorobarnos. Y, en muchos casos, sé que enlentecían las imágenes de manera deliberada para que no coincidieran con el relato radial. Quince años con un periodismo deportivo que es una vergüenza, guarango, que no podía opinar sobre lo que tenía que opinar y por eso creaban amarillismo y peleas. Se robaron los goles para tener un programa exitoso que ahora, ni bien perdió lo que robaba, deja de ser exitoso. No tengo odios con Clarín. Pero sí la convicción de que más daño no le pudieron haber hecho a algo que podrían haber elevado al máximo.



- ¿Su postura le origina problemas en Continental?
- A la radio no le gusta nada lo que digo, pero son respetuosos. Estos operadores sinvergüenzas de los intereses de los oligopolios dicen que va a haber menos trabajo. En Continental Rosario trabajan dos personas. Si fuese de otra empresa, tendrían que ser 25. Multiplicado por 10 licencias, 250 personas. No puedo no decir estas cosas. Si la empresa lo ve mal, no me renovará el contrato o lo interrumpirá.



- Resulta por lo menos curioso escuchar en la misma radio, con pocos minutos de diferencia, visiones tan distantes como la suya y la de Magdalena Ruiz Guiñazú.
- A Magdalena la aprecio y le agradezco cómo es conmigo. Pensamos distinto, pero no hay una solo fibra mía que se moleste por lo que ella dice. Es una persona convencida, y yo la respeto enormemente. En el tema de la ley de medios pienso lo contrario: escribiría cada una de sus palabras al revés. Pero me parece muy bueno que nos respetemos y que podamos convivir en la misma radio.



- ¿No están peleados?
- No.



- Hasta hace un tiempo interactuaban en un espacio común entre ambos programas y ahora no hacen más ese “pase”.
- Magdalena hizo un planteo lógico, serio y profesional: se quedaba media hora más, en un espacio con pauta, y pidió que le pagaran. Le dijeron que no y ella me dijo que no lo hacía más. Estuve de acuerdo.



- ¿Está decepcionado con el nivel del periodismo actual?
- Hay muchos periodistas individualmente excelentes y muchas empresas que se comportan de manera perversa. Los grupos oligopólicos dañaron la credibilidad, la esencia y la ética del periodismo. Es una verdadera desgracia lo que pasó con Clarín. De ninguna manera debe ser lo que pensó Roberto Noble para su empresa. Hoy es un grupo que negocia su periodismo según lo que le dan o no en otros negocios. El domingo pasado publicaron en tapa una nota sobre sobreprecios de una central eléctrica en Santa Cruz. La misma noticia la había publicado Crítica un año antes. Ese tipo de periodismo es una calamidad. Que lo sigan haciendo, pero que no tengan tantas bocas de expendio para propagarlo.



- ¿Algún colega le cuestionó su postura?
- No se animarían. ¿Quién me podría decir algo? No tendrían “cara”. Esperarán a que no pague mis impuestos o que un día me emborrache y salga a correr desnudo por Avenida Corrientes.



- ¿Lo llamó alguien del Gobierno para felicitarlo… o agradecerle?
- Tampoco podrían. El mismo día que escuchan algo que les pueda sonar agradable, le hago una nota a Graciela Ocaña sobre la mafia de los medicamentos y sus vínculos con el Gobierno, hablo de los fondos de la ANSES, o entrevisto a Macri, que dice que es un Gobierno fascista.



- ¿Qué cosas puntuales cambiaría sobre la ley de medios?
- Nada. Aunque creo que un organismo parlamentario que controle los medios sería ideal. Los tiempos de desinversión es la excusa final de los que quieren seguir robando por tres años más, o de los que quieren ver cuánto daño más pueden hacer, o si voltean al Gobierno. Clarín, en estos momentos, es como si fuera el órgano hondureño que volteó a Manuel Zelaya.



- ¿Está bien que quienes ocupan cargos electivos no puedan tener licencias de medios?
- Sí, es una vergüenza que eso pase. Si, por ejemplo, un diputado de Charata tiene una radio y va a vender publicidad, ¿dónde pautará el empresario de Charata, en la radio del diputado o en otra? Es como si el comisario tiene una radio. Puede ser honestísimo, pero ¿y si no lo es? Hay que elegir: no se puede comer gofio y silbar a la vez. No se puede.



- Van cinco fechas del “fútbol para todos”. ¿Resultó una buena decisión?
- Maravillosa. Un momento soñado. Si el Gobierno destina su publicidad al fútbol, y no le agrega nada más, hace un gran negocio y encima recauda. Boca o River, jugando mal, son 18 puntos de rating. Mucho más que pautar una página en Clarín.

- ¿Cómo evalúa la gestión de Cristina Kirchner?
- Los Kirchner se equivocan siempre más en las formas que en el fondo. Como ciudadano, aprobé la nacionalización de las AFJP. Estoy de acuerdo con los derechos humanos, pero no me banco la sobreactuación. No soporto a Kirchner bajando, para la tribuna, el cuadro de un viejo decrépito. No aguanto la infamia cometida con Alfonsín cuando pidieron perdón en nombre de la democracia y fue Alfonsín el que tuvo más coraje y juzgó a los asesinos cuando estaban en su apogeo. No me banco lo que hizo Kirchner con los periodistas de Continental y Clarín. Y tampoco el amor desenfrenado por la plata y el poder. Si sos presidente, si tu mujer es presidenta y, si les va bien, tu hijo lo será, ¿hace falta comprar tierras fiscales a $ 7 y venderlas al precio que las vendieron? ¿Te hacen falta esos US$ 2 millones? Todo esto condena la parte ética del Gobierno.

- ¿Qué cosas destaca como valiosas?
- Hay cosas de fondo valiosas, pero están las formas. El día que presentó el pasaje del fútbol a manos del Estado, se comparó el secuestro de goles con los desaparecidos. Una locura. Y se terminó hablando de eso. Los subsidios, si fuesen absolutamente trasparentes, estarían bien, es una manera de redistribución. Pero hay que buscar caminos intermedios, porque no se puede o cobrar el boleto $ 15 o viajar siempre como animales. Otra cosa: ¿es necesario que Luis D’Elía sea el vocero del Gobierno? Es todo difícil, pero el fondo de la cuestión —sobre todo si se mira lo que hay alrededor— no es tan desalentador. Los otros, los críticos, tuvieron su oportunidad en los ’90 y dejaron a 25 de cada 100 argentinos sin trabajo.
- ¿Se sentaría a debatir con el editor general del diario Clarín, Ricardo Kirschbaum, sobre la ley de medios?
- Sí. Si él se aguanta que le diga que han robado durante 15 años… Pero no creo que esté dispuesto a hacerlo. Kirschbaum me debe considerar un ser tan inferior que no lo consideraría.
- ¿Le parece para tanto?
- Sí… o será que yo me siento menos.
- ¿Se considera parte de la élite periodística?
- ¿A cuántos ponemos en la lista? ¿cien periodistas?
- No, diez.
- Si ponemos cien, sí.
- Cerremos en veinte.
- Cien.
- No, cien es una lista muy larga.


¿Cree que sus colegas lo ven dentro de esa élite?
- Mis colegas deben pensar que soy un poco inmanejable hasta para mí mismo, lo cual es verdad. Me respetan que no estoy en “nada”. Ése es mi capital
Fuente: El Argentino