30.3.10

Dejamos al gato al cuidado de la pescadería


Por Raúl Itkin

Resulta cada vez más penoso escuchar de boca de funcionarios públicos formas truculentas de escamotear la ley. Que un ministro de Hacienda diga sin sonrojarse que el presupuesto es una formalidad, es casi la confesión de un delito y que los legisladores que "son los representantes del pueblo" y a su vez contralor del Poder Ejecutivo hagan silencio frente a expresiones de ese tipo sin acusarlo formalmente ante la Justicia, como es su obligación constitucional, muestra a las claras el nivel de degradación institucional que padecemos y que seguiremos padeciendo.



Un dato a tener en cuenta es la opinión del presidente del Superior Tribunal de Justicia referido al tema cuando deja entrever que lo dicho por el ministro de Hacienda son "sólo palabras inoportunas dichas bajo presión". En conclusión, estamos frente a una democracia menos que formal asolada por enanos fascistas y con un sistema republicano carcomido por la ineptitud y negligencia.



Los medios de comunicación, serios y responsables deberán jugar un rol fundamental en la reconstrucción del sistema, toda vez que la representación institucional ha renunciado a cumplir la ley.