11.8.09

Vamos juntos Vamos bien: 510 mil pobres y 270 mil indigentes

En cuatro años de gestión Arturo Colombi profundizó la marginalidad.
El 51 por ciento de los correntinos vive por debajo de la línea de pobreza. O sea que si se analiza el propio mensaje oficial de los radicales gobernantes de “un millón de correntinos”, alrededor de 510 mil comprovincianos viven en la pobreza y de ellos alrededor de 270 mil personas sobreviven en la indigencia.

Solo basta verlos en el basural a cielo abierto a escasos 20 minutos de la ciudad, peleándose por un resto de pan amohosado, latas de conserva que le piden permiso el herrumbre para sobrevivir, gotas de leche de soja visitadas por las moscas que terminan en las gargantas de los niños o jóvenes que llegan primero para acaparar ese peligroso “tesoro”.

De la misma forma que se pelean cada vez que llega un camión de residuos para descargar, luchando con uñas y dientes por restos de verduras, pan, conservas vencidas e inimaginable basura que se llevan a la boca.

Indudablemente Corrientes tiene gripe “A”. La misma letra con la que empieza el nombre más famoso en una Provincia que en poco más de dos semanas no solo continuará hablando de la Influenza H 1N1 sino que reaparece el maldito mosquito del Dengue y, por si faltara algo, se asegura que retornará también la fiebre amarilla.


Las vacas son mas importantes que los niños

De fuentes confiables, Informe 1588 pudo conocer que en la provincia de Corrientes existen actualmente más de 5,4 millones de cabeza de ganado y a todos esos animales se les debe vacunar indefectiblemente contra la fiebre aftosa. Por imperio comercial y de las normas sanitarias para su exportación y consumo. En tanto la niñez correntina (algo más de 200 mil) está más que desprotegida, no por culpa del sector ganadero precisamente. Pero en Corrientes hoy son más importante las vacas que los niños, muchos de ellos que tienen hipotecado su futuro, comiendo de la basura. Y la escasa partida de vacunas que se envía desde la Nación , jamás es reforzada por parte del Estado Provincial.


En el Reino de Arturo los correntinos comen de la basura
Dramático informe sobre la disposición final de residuos, puso al descubierto la ‘guerra de la basura’, donde diariamente comen miles de correntinos. A varios medios oficialistas se les escapó la tortuga y desviaron (¿erróneamente?) el enfoque periodístico de la noticia, para poner el descubierto que diariamente centenares de correntinos se alimentan de la basura en el sitio dispuesto a tal efecto en el barrio Parque Cadenas. Lejos de preocuparse por los niños, jóvenes, embarazadas y padres de familia, junto a sus decenas de integrantes que libran a brazo partido una verdadera guerra por los desperdicios para comer diariamente; se prefirió (¿intencionadamente?) enfocar la cuestión en una intrascendente “propuesta social, económica y ambiental”, que busca “transformar la basura en algo útil y que no contamine”.


Lacerante pelear por los desperdicios
La pelea por los desperdicios en el basurero de Corrientes.

Espera. En el basurero municipal del barrio Cadenas -a 20 minutos del centro de la ciudad-, los hombres y mujeres se empujan contra el alambrado, esperando el camión de residuos. Luego, se les permite hurgar en los desperdicios. A pesar de esta postal casi deshumanizada, hay códigos; los niños que también buscan residuos, tienen unos instantes en soledad ante la descarga del camión. Luego vienen los mayores y los echan.

Corrida. Casi un centenar de hombres y mujeres inician una carrera desesperada por el desperdicio de los demás. A los empujones se arrojan sobre la basura, sacando a los niños. Las mujeres priorizan la comida, luego el resto de los desperdicios. Los hombres buscan cosas para poder vender o reciclar, luego los alimentos. Esta postal se repite de manera cotidiana. Correntinos que se pelean por la basura.

Premio. Un niño toma un jugo de soja que encontró en los desperdicios. Sin mirar la fecha de vencimiento, el tesoro es aprovechado de inmediato. Otros se pelean con los perros por los alimentos encontrados en la basura. Verduras, restos de pan, conservas vencidas y otros alimentos son recogidos y llevados a sus casas para llenar sus platos de comida.

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