21.4.09

Ratifican pedido de cierre para arroceras de Carlos Pellegrini

Pobladores y la Asociación ambientalista Esteros Hesai de Colonia Carlos Pellegrini solicitaron al Poder Ejecutivo que cierre definitivamente a las arroceras lindantes a la localidad, a las que acusan fumigar con agrotóxicos que una reciente investigación realizada por el Conicet y la UBA, probó que producen efectos devastadores en embriones

Los pobladores y los ambientalistas que operan en la zona denuncian hace años un “incremento significativo en las patologías alérgicas y respiratorias”, y atribuyen su causa a “la escasa distancia del poblado con las arroceras que fumigan con agrotóxicos”.
Colonia Carlos Pellegrini es un poblado rodeado por los Esteros del Iberá que hace poco menos de una década se ha volcado al ecoturismo como primera fuente de ingresos. Antes allí el pueblo vivía de la cosecha de arroz.


En tiempos de escasez, los empresarios arroceros abandonaron el pueblo, pero, favorecidos por el precio internacional del fruto hace algunos años volvieron a la localidad.
Desde su regreso comenzaron las disputas con los pobladores y las organizaciones ambientalistas, por lo que estas elevaron en reiteradas ocasiones solicitudes al gobierno para que ordene que sean cerradas definitivamente.


Los ambientalistas, que acusan a las arroceras de usar sin permiso el agua de los esteros del Iberá para sus producciones, ahora amparan su reclamo en un estudio científico demostró la extrema toxicidad del glifosato.
Según la Asociación ambientalista Esteros Hesai, este herbicida es el que utilizan los arroceros aledaños a Colonia Carlos Pellegrini para fumigar sus sembradíos, “en algunos casos a menos de 500 metros del poblado”.


La investigación sobre la que el reclamo se argumenta fue realizada por el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA, que confirmó que el glifosato es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones.
Según los resultados del estudio, con dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones de algunos cultivos como los de soja y arroz, el glifosato provoca trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales.


“Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión, sugiriendo la posibilidad de que se estén interfiriendo mecanismos normales del desarrollo embrionario”, subraya el trabajo.
Ya el año pasado los ambientalistas organizaron en la localidad una jornada con especialistas internacionales en la materia que se pronunciaron contra de las arroceras que operan en la localidad.


El estudio del Conicet y de la Universidad de Buenos Aires también hace hincapié en la urgente necesidad de limitar el uso del agrotóxico e investigar sus consecuencias en el largo plazo.
Fuente:Momarandu.com

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