26.12.11

Para leer en los cortes de luz

La cara visible de la DPEC es la del ingeniero Parisi, aunque las manos en la caja son las del ministro Vaz Torres, artífice del dibujo y lavado de números ya sea en un círculo de ahorro o en un presupuesto participativo o en una empresa olivarera.

            Más allá  de los números dibujados está la realidad: la DPEC pierde casi la mitad de la energía que compra a CAMMESA; para no entrar en detalles diré que es la mitad. El concepto es que hay mucha energía comprada por DPEC –energía consumida por alguien– que no la puede facturar porque “se le pierde”. El dato que se puede corroborar es que la facturación mensual de consumos registrados (energía que no se pierde) está entre $20 y $24 millones y por ende lo que la DPEC deja de facturar porque se le pierde es otro tanto ($20 a $24 M).
            Supongamos que la DPEC se ordenase un poco y recuperase la mitad de la energía que se le pierde (no digo toda, digo la mitad), en ese caso la facturación aumentaría entre $10 y $12 millones por mes.
            CAMMESA por su parte aplica multas de entre $2 y $3 millones por mes a la DPEC por las altas pérdidas y por ende, si las pérdidas bajasen las multas no se pagarían. En estos dos rubros (multas y mitad de la energía perdida) hay un agujero de entre $12 y $15 millones por mes que nadie resuelve y acá la pregunta viene sola: ¿hay voluntad de ordenar la DPEC?
            Viene al caso recordar que empresas públicas de servicios básicos esenciales como la energía y el agua, que habían sido levantadas con esfuerzo nacional e inversión pública, a través de muchos años y bajo gobiernos de todos los colores, fueron rematadas a precio vil durante el menemato, bajo la mirada de una comunidad adormecida.
            Corrientes fue precursora de ese latrocinio: en 1991 el gobernador Ricardo Leconte entregó el Banco Provincia, el sistema de agua potable y la explotación de Casinos. Cada rubro posee una importancia propia y clave para la sociedad y cada uno, por indispensable o por pernicioso debería estar regulado, aunque no voy a entrar en detalles… Lo que sí quiero destacar es que en 1991 la DPEC estaba en la lista de ofertas, en un paquete preparado por la misma consultora Price Waterhouse, pero en esta primera ronda del menemato la DPEC se salvó de Leconte.
            Después la DPEC se salvó de Tato - En 1995 el gobierno gestionó y obtuvo la posibilidad legal de privatizar la DPEC mediante la ley 4921/95 que decía: “Artículo 1º AUTORIZASE la privatización de la Dirección Provincial de Energía de Corrientes (D.P.E.C.) - Artículo 2º La privatización podrá ser en forma total o parcial. Si fuere parcial, la Provincia no podrá poseer más del cuarenta y nueve por ciento (49%) del capital de la empresa”. Su Artículo 2º era representativo de dos paradigmas: uno, el Estado no controlante y otro, la fórmula típica de privatizar ganancias y estatizar gastos. Pero no obstante la voluntad privatizadora de Tato y por segunda vez durante el menemato, la DPEC se salvó.
            En 1999 la DPEC se salvó de los que echaron a Tato - El gobierno de coalición interino suscribió una Carta de Intención con Prarex Int´L Limited, para entregar la DPEC a la empresa Con Edison Development, con una 1ra etapa de Asociación operativa y diagnóstico; una 2da etapa de Transformación de la DPEC en S.A. y una 3ra etapa con Ingreso de Capital privado como accionista y el gerenciamiento total. La versión válida del “letter of intent” (contrato) estaba escrita en inglés y la firmaron un tal Raúl Zenon por Prarex Int´L Limited y la escribana Guillermina Calatayud Civetta de Cacace Hunter por la DPEC. En agosto estaba casi todo firmado también por Perié, por el Sindicato de Luz y Fuerza, por el Ministro Ricardo Aníbal Centeno y otros. La transa se paralizó cuando el gobierno de coalición se hundió. El proceso fue desarticulado por la intervención federal; tal vez lo único decente que hicieron los cordobeses en Corrientes.
            En 2008 la DPEC se salvó de Arturo Colombi, cuando la electricidad de Corrientes fue entregada a Urbatec-Aguas de Corrientes y después tuvieron que huir por la puerta trasera no sin antes dejar un tendal de “muertos” con obras mal adjudicadas, un ruinoso cuadro tarifario 89, el hijoputismo de Aguas contagiado a la DPEC y una estafa descarada de la cual son penalmente responsables el ex gobernador Arturo Colombi, el descubridor de talentos Carlos Báez y el repartidor de sobornos Pablo Chamas.
            Hoy el Estado argentino marcha en sentido de recuperar la gestión de lo público. ¿Y acá?... ¿estamos en manos de aventureros? Los cortes de energía continúan, por eso ampliaré el cuestionario: ¿se quiere ordenar la DPEC?, ¿o dejar caer la DPEC?, porque el desbarajuste sucede un año después que, con bombos y platillos se gastaron $100 millones en el sistema eléctrico.
            Los “4 pasos” de las privatizaciones podrían estar reproduciéndose. Para no olvidar, ellos son:paso 1: dejar caer la empresa
paso 2: demonizar el Estado
paso 3: crear el mal humor de usuarios.
paso 4
: tercerizar o alquilar o vender… pues, donde hay un problema, hay un negocio.
            En este escenario se ve a gerentes de la DPEC con ineptitud bien paga, a un ministro aventurero y a un gremio que es apéndice de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF), cuya denominación hace suponer una actividad gremial, pero es en realidad una mega empresa de explotación de electricidad, propietaria de centrales térmicas del NOA y de la Patagonia, de transportadoras (TRANSNEA y TRANSNOA), de distribuidoras de electricidad (como DPEC) en algunas provincias. También tiene la concesión de distribuir el gas domiciliario en Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes (Gas NEA) y por ende pretenderá ejercer el monopolio sobre el bolsillo de los usuarios y por ende será una suerte de vaca lechera a la que pretenderán ordeñar políticos, medios de comunicación, funcionarios y garcas en general.
            Vuelvo con la DPEC. Sería de esperar que el Sindicato de Luz y Fuerza exija a la dupla Vaz Torres-Parisi ordenar la empresa, pero tal vez la conducción sindical, por ser un apéndice de la FATLyF/Gas-NEA, no defienda la DPEC de alguna voracidad privatizadora sino, por el contrario, tenga genuino interés en ordeñar la DPEC.
            Parece que la clave de los cortes de luz está en una letra: ordeñar x ordenar ya que el hijoputismo de Estado convirtió a la DPEC en zona liberada. La careta no se les puede sacar porque la tienen incrustada, pero se les puede mirar la jeta detrás de las caretas.
            Las cosas suelen ser como parecen ser; de eso se trata… Felices Fiestas a casi tod@s.-
Alberto Ruiz Díaz, 24 de diciembre de 2011

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