28.1.10

El medio pelo contra 6,7,8 Hoy Silvina Walger

Al calor de los acontecimientos, ya no se si el termino “derecha”, sirve para catalogarlos.
Es como calificar a alguien de izquierda tan solo por usar una remera del “Che”, en este caso, su remera llevaría impresa la cara de un George Washington.




Y lo digo por su carácter de “peceteros”, como llaman en España a los jugadores que siguen el billete como el burro a la zanahoria. Que quede claro, lo de Washington es por eso, no tengo una teoría conspirativa sobre el rol que cumplen para el imperio, son demasiados berretas para despertar interés en el Departamento de Estado.






Además esa tarea la hacen gratis, solamente por un sentido de pertenencia.Habría que implorara a San Jauretche para que nos ilumine con un termino que pueda definir a personajes como Alejandro Rozitchner, Marcos Aguinis, o en una escala todavía más inferior a Sylvina Walger.






Nadie puede negar que, cada uno en los suyo, ha ganado un lugar de referencia, pero sus opiniones, sus escritos y sus pensamientos, son tan inútiles como innecesarios. Tan solo una máquina de multiplicar zonzeras. Proclives a los pensamientos fácilmente masticables, que terminas escupiendo al poco rato como a un chicle, y sus ideas, como el sabor a tuti-fruti, se van disipando suavemente hasta desaparecer.








Son los cuervos de la masa anestesiada. Explotan al máximo para su beneficio una era signada por la idiotez. Es ahí donde pueden erigir su reinado de la anti-intelectualidad. De la muerte del pensamiento crítico.




¿Por que están tan empecinados en desprestigiar el programa 6.7.8?


Con sus opiniones está claro que lo que buscan que el programa desaparezca.


¿Alguno vio en las últimas décadas una campaña tan furibunda en contra de programas como el de Mariano Grondona, el de Tinelli o Telenoche? No hablo de las implicancias de la nueva Ley de medios, porque no legisla sobre los contenidos, hablo de la irracional campaña de estos intelectuales del medio pelo, con contenidos, que les guste o no, abren debates que muy pocas veces han sido tratados por nuestra (suya) televisión.






La intelectualidad berretaSylvina Walger, la más berreta de las voces que se alzaron contra 6.7.8, titulo una nota para el diario La Nación “El club de la buena onda kirchnerista”, conociendo su rostro por alguna participación en el programa de Mirta Legrand, y sin querer meterme con autores como Erich Fromm, ni buscar hacer un perfíl psicológico de la periodista, creo que ensañarse con lo de la “buena onda” refleja algún tipo de insatisfacción en su persona.






Me guardo para mi los concejos que le daría a la señora. En su nota se destacan las fuentes calificadas. Al igual que Marcos Aguinis, cuando en un reportaje en TN junto a Jorge Coscia, justifico alguna de sus zonceras a las que nos tiene acostumbrados, diciendo que se lo había dicho “un taximetrero”. (ver video acá), la señora Sylvina Walger cita las “cadenas de mail”.






Aprovecho a darles una primicia a ambos, de buena fuente: Me llego por mensajito de texto que “se viene un corralito”. Sylvina Walger se despacha con todo contra el programa 6, 7, 8, lo califica como un programa al que “Goebbels se hubiera enorgullecido”, una verdadera cretina puede catalogar a este programa de nazi.






Pero esto no es todo, trata a los periodistas del programa de "pseudoperiodistas". Y los acusa de que “No leen el diario, tal vez ojeen El Argentino y se limitan a repetir lo que sus jefes les ordenan”.¿Lo que sus jefes les ordenan? Ya lo dijo Orlando Barone, “hay mayor libertad para trabajar en un medio público que uno privado”.






También lo piensa Diego Capusotto. Para quien ha trabajado en un medio, o en una oficina de prensa, sabe como se manejan la mayoría de los periodistas, no solo obediencia debida a sus jefes, sino que prima la corrupción y la prebenda.


Ya he expresado en este blog el caso de Ernestito, y podría dar una larga lista de periodistas a los cuales se les pagaba para escribir tal cosa o hablar tal otra, la mayoría de La Nación Y Clarín. Pero no amenazo como Redrado, en mi caso, simplemente renucie a Prensa del Senado bonaerense gestion Solá.






El ámbito del periodismo es profundamente corrupto. Pero es una corrupción de guantes blancos. Que más fácil en este país que ser periodista, mamar del poder económico, y extorsionar al Estado. Negocio redondo, cobran por un lado y por el otro, en este círculo vicioso de mercenarios.






Creo profundamente, más allá de sus opiniones, de la honestidad intelectual de Orlando Barone, el “setentón al que nunca le importaron demasiado los desaparecidos”, como lo llama este adefesio de la profesión. Le recuerdo algo más a la señora Walger:Orlando Barone esta en Canal 7, pero su libro se vende a 7 pesos en Mercado Libre.






Por otra parte, este personaje dice en su nota que Carlos Barragán “no es periodista, pero es buena persona”, lo que me da pie para recordar su participación en ese gran programa que se llamo “La siesta inolvidable” por radio Mitre, con quien compartió el aire con Barragán: “Este año me tocó trabajar en un programa oficialista y de psicobolches. En mi vida la he pasado peor, porque mis ideas no coincidían ni con el conductor ni con la producción. Por suerte me fui antes de que levantaran el programa, porque no me quise ver complicada en la paranoica movida antiamericana.






Qué pena que no pude trabajar con Chiche Gelblung, es uno de los pocos periodistas argentinos que conoce su profesión a fondo.", no hay más preguntas su Señoría. Trata al programa 6,7,8 de tener una visión “maniquea” la de ella es macarthista. Participó, junto a, casualmente, personajes del medio pelo como Marcos Aguinis, en una campaña de la organización integrista Opus Dei, en contra de Cuba, pidiendo al por entonces canciller Rafael Bielsa mediante una carta, que cambie la política exterior argentina en relación a la Isla, a la que consideraron “la única dictadura del continente”.






Pero esta señora, a la que tanto le preocupa Cuba, consideró que la brillante Sandra Russo, integrante de 6,7,8 “suele aplicarle sus sermones a Mirtha Legrand, a quien defenestró para siempre luego de que la escuchó decir que prefería hablar de la Argentina antes que de Honduras.






Admito que estuve del lado de Legrand”, demostrando que a Walger no la desesperan tanto las dictaduras como parecía, más allá de que está mujer AMA sentarse en la mesa de Mirta, diría que es su gran pasión.Pero para retomar la idea de “buena onda” que tanto intimida a la periodista, refuerzo mi tesis de su clara insatisfacción al catalogar a Carla Czudnowsky en “una experta en sexualidad, supuestamente puesta ahí para el toque de sentido común”.




¡Urgente excomunión de Carla e inmediata puesta a disposición del inquisitorio Opus Dei! Punto aparte para su andanada en contra de los intelectuales de Carta abierta, a los que acuso de “paranoicos”, entre otras cosas, en el Diario Crítica. Solo voy a comentar lo siguiente: alguien subió la nota a Taringa, el único comentario fue “Sylvina Walger: el hijo de cualquiera de los de carta abierta la da vuelta 5 veces”,y yo le digo, sin animo de ofenderla que a Sylvina Walger


le falta urgente alguien que la de vuelta!!!




PD. Dejo para otra oportunidad mis apreciaciones sobre Alejandro Rozitchner, estoy cerrando la Revista 2010, y tengo que terminar una nota sobre Recursos Naturales, la entrevista a Evo Morales, y la Editorial.








Publicado por: El problema de Orwell